"Cuando el amor los llame, síganlo.
Y cuando su camino sea duro y difícil;
y cuando sus alas los
envuelvan, entréguense
aunque la espada entre
ellas escondida los hiera
y cuando les hable,
crean en él.
Aunque su voz destroce sus sueños,
tal como el viento norte
devasta los jardines.
Porque así como el Amor los corona, así los crucifica.
Como al trigo, los desgrana hasta desnudarlos,
los pulveriza hasta
volverlos blancos,
los amasa hasta que
estén flexibles y dóciles,
y los asigna luego a
su
fuego sagrado para que puedan convertirse
en sagrado pan para la
fiesta sagrada de Dios.
Todo esto hará el Amor en ustedes
a fin de que puedan
conocer los secretos
de su corazón y
convertirse por ese conocimiento
en un fragmento del
corazón de la vida.
El Amor no da nada mas que a si mismo,
no posee ni es poseído,
porque al Amor le basta el
Amor.
Si aman y tienen deseos,
que sus deseos sean
estos:
Fundirse y ser como un arroyo
que corre y canta su
melodía a la noche.
Saber del dolor de la demasiada ternura.
Ser herido por el propio conocimiento del Amor.
Y sangrar gozosa y alegremente.
Despertarse al amanecer con un alado corazón
y dar gracias por otro
día de Amor.
Descansar al mediodía y meditar
sobre el éxtasis de amar.
Volver al hogar con gratitud, en el atardecer.
Y dormir con una plegaria por el ser amado,
en el corazón, y una
canción de alabanza en los labios."
"El Profeta". Por Khalil
Gibran.