La Hermandad Blanca
Hace miles de años, 32 seres extraterrestres,
representando a diferentes civilizaciones
unidas por las fuerzas de la Luz, llegaron a
la Tierra para constituir un Gobierno Interior
Positivo, la Hermandad Blanca del planeta.
Ello ocurrió en el antiguo desierto de Shamo,
el actual Gobi que comparten China y Mongolia.
Era la semilla de la luz, el llamado de alerta
a la humanidad ante un momento definitivo y
definitorio, y que nacería desde las más
remotas y misteriosas arenas del desierto
asiático. Sería la ciudad matriz, el "foco de
la Iluminación": Shamballa, centro espiritual
del mundo intraterrestre de Agharta.
Hoy en día no es difícil escuchar de boca de
los Lamas del Tíbet la existencia de este
enclave, fundado en el pasado por "los
Maestros del Cosmos" con el objetivo de
contrarrestar la influencia de la oscuridad en
el mundo, y constituir un foco de luz e
información destinado al hombre del futuro que
deberá reestablecer el orden perdido entre el
Cielo y la Tierra.
Valiéndose de su avanzada tecnología, y de un
poderoso disco dorado que construyeron con
elementos de la Tierra y de sus propios
mundos, lograron "leer" del denominado
Registro Akáshico (que no sería nada más que
el cinturón magnético de Van Allen) la
historia y origen de nuestro planeta, así como
el posible futuro del mismo como una
consecuencia lógica de todo cuanto había
ocurrido. Esta información es llamada "El
Libro de los de las Vestiduras Blancas",
aunque realmente se trata de una suerte de
biblioteca cósmica que consiste en extraños
cristales de roca y planchas metálicas con
ideogramas. Esta información, en su momento,
será revelada para que el ser humano escuche
su verdadero pasado y origen, comprenda su
presente, y sobre esta base construya un
futuro de paz y armonía en la Tierra de la
mano de otras civilizaciones del Universo.
Luego de los 32 Maestros extraterrestres que
vinieron al desierto de Gobi, aproximadamente
hace unos 12.000 años, continuó lo que
podríamos denominar la "segunda generación" de
la Hermandad Blanca, esta vez compuesta por
sobrevivientes de la Atlántida que se habían
establecido en refugios subterráneos en
diversas partes del mundo. Actualmente, los
descendientes de aquellos que sobrevivieron a
la destrucción del mundo perdido de Platón,
aún continúan viviendo en el mundo
subterráneo, custodiando y protegiendo los
archivos que hablan del "conocimiento
invisible" reservado para la humanidad.
Paititi o El Dorado, en las misteriosas selvas
del Perú; Monte Shasta en California; la
Sierra del Roncador en el Mato Grosso
brasileño; las Cavernas del Alto Egipto o el
Lago Titicaca en el altiplano
peruano-boliviano, son algunos de los puntos
más poderosos que evocan el mundo secreto de
los Guardianes del Conocimiento Eterno.
La Hermandad Blanca está en el corazón de cada
caminante; en cada rastro de polvo en las
sandalias del monje silencioso; en el amanecer
destellante y en fulgor de las estrellas de la
noche; es pues el llamado de los siglos, el
tiempo sin tiempo, la clave del despertar de
la Humanidad.
Pero, ¿quiénes son aquellos Maestros? ¿Cómo
viven en sus mundos intraterrenos?¿Por qué su
empeño en ayudar al ser humano en su tránsito
a niveles superiores de consciencia? ¿Qué
significa aquel Disco Solar y la información
que en sus mundos custodian? Y sobre todo:
¿Nosotros seremos ellos?...
Esperamos que nuestro humilde aporte en este
sitio WEB, donde desarrollamos diferentes
temas de investigación en torno a la Hermandad
Blanca, pueda contribuir con su cuota de luz y
entendimiento para comprender una vez más que
no estamos solos en el Universo y en la
Tierra, y que un destino cósmico aguarda
nuestra comprensión y determinación final:
Fundirnos con nosotros mismos y las estrellas.
EL SER HUMANO
Contacto es comunicación. Es establecer el
puente de unión de mentes y almas,
orientándolas hacia un fin trascendente como
es el de crear condiciones de realización
personales y colectivas. Contacto es
comunicación, y comunicación es en este
tiempo, comunión en la acción.
Del Guía Oxalc.
¿Por qué el contacto con nuestros Hermanos del
Interior y las reponsabilidades intríncicas
del acercamiento?; ¿qué papel debe desempeñar
el Hombre comprometido?; ¿qué aprendemos y a
qué nos atenemos? Estos son algunos de los
cuestionamientos que nos hacemos al conocer
esta maravillosa y misterosa historia de los
Seres que nos acompañan en el interior del
globo terráqueo. Las razones del contacto, han
sido expresadas por ellos mismos, precisamente
por medio de diversas cominicaciones. Esto lo
que han transmitido:
"El contacto con la Hermandad Blanca se hace
para elevar los niveles de conciencia de
aquellos a quienes les toca un rol más
específico en la Misión. Este no se dará en la
forma que muchos se imaginan, sino obedeciendo
a planes que fueron revisados y preparados
cuidadosamente. Esta preparación se hizo
necesaria para obtener a través de los
activadores mentales, todo aquello que en
algún tiempo les fue suministrado.
"El contacto requiere una labor consciente y
personal. No es cuestión de eventos pasajeros,
emocionales o espectaculares; tampoco pueden
pensar en figuraciones personales.
"Lo que obtendrán del contacto con la
Hermandad Blanca será para poner en marcha una
serie de mecanismos que no sólo tienen que ver
con la Misión, sino con toda la humanidad. La
responsabilidad es tan grande que si no
estuvieran de verdad preparados y pretendieran
asumir un riesgo de esa naturaleza, se
acarrearían un karma muy grande...
"Ya les dijimos anteriormente que por sobre
todas las cosas, Rahma tiene una Misión
particular, que es la de "salvar" al "Hombre",
entendiéndose como el rescate de la humanidad
interior que llevan dentro".
De los Guías Oxalc, Anitac, Titinac
"El contacto procura un compromiso con la
humanidad y con el cambio de vida. Es esto lo
que nuestra presencia y la de otras entidades
interdimensionales como parte del contacto
buscamos apoyar, que mantengan el interés y la
dedicación por encontrar su propia superación.
"El contacto es establecer una conexión a
múltiples niveles con la humanidad y con el
universo circundante, pero también es una
prueba de crecimiento personal y colectivo.
Por ello cada experiencia de contacto requiere
preparación y disciplina, pero no para merecer
ver cosas, ni para imaginarse cosas, sino para
mantener la ecuanimidad durante el desarrollo
de los acontecimientos, fortaleciéndose uno
mismo y aprendiendo a sensibilizarse cada vez
más, a la vez, percatarse de ciertos otros
acontecimientos que en condiciones normales
les habrían pasado inadvertidos.
"Todos podemos aprender y enseñarnos
mutuamente, esto lo decimos porque a algunos
les tocará develar cosas, mientras que a otros
su labor les llevará a recordar otras. Y esto
ha sido previsto así por cuanto obedece a un
Plan Cósmico dispuesto por las Grandes Mentes
del Universo para vuestro planeta, por medio
de él, pero no solamente él".
Del Guía Oxalc.
EL DISCO SOLAR:
"El Disco Solar es una representación de la
estrella que mantiene en equilibrio este
sistema planetario, es la imagen del Sol
Central de la galaxia, aquel que alimenta la
Tierra con energía de la Luz Violeta, por ello
se denomina Sol Manásico, que a su vez es la
representación del Padre-Madre-Creador. Es el
emblema de la Hermandad..."
Alcir, Maestro intraterrestre
En nuestra labor de Misión a lo largo de estos
últimos años se ha venido hablando de un disco
metálico el cual acompañó a distintas
civilizaciones del ayer, y cuyo significado
para la humanidad es de indescriptible valor.
Basándonos en la información suministrada por
Ricardo González en su libro "Los Maestros del
Paititi", he aquí una rápida reseña del bien
denominado, Disco Solar, el sagrado emblema de
la Hermandad Blanca.
El Equilibrio
La llegada de los Mentores de la Luz
Después de la destrucción de la Atlántida, una
fuerza interplanetaria de paz llegó a la
Tierra para fundar lo que sería la Gran
Hermandad Blanca de nuestro mundo; de esta
forma se conseguiría el equilibrio necesario
para que el ser humano pudiera continuar con
su proceso de evolución.
Estos 32 Maestros extraterrestres se ubicaron
en galerías subterráneas en una región secreta
del desierto de Gobi en Asia. Desde allí
velarían por la quinta humanidad.
Cada uno de ellos representaba una determinada
civilización del espacio; su honda sabiduría y
profundo amor por la vida los calificaba como
los más aptos para llevar a cabo la misión de
incorporar en nuestro mundo la semilla de la
Luz.
Una vez los Mentores de la Luz se
establecieron en sus Salones de Amenti
(templos intraterrestres que ya habían sido
acondicionados por seres procedentes de
Sirio), construyeron un impresionante disco
metálico, hecho con una extraña aleación de
minerales extraterrestres y de nuestro
planeta.
Se trataba pues, del Disco Solar, una llave
que abre las puertas entre las dimensiones y
que puede "llevar" al planeta entero al Real
Tiempo del Universo. Así mismo, el Disco
representaba al Sol Central de la galaxia,
fuente importante de energía que llega a toda
nuesta Vía Láctea, bañándola con la
transmutadora fuerza de la Luz Violeta.
Está demás afirmar que las radiaciones solares
o energía Cilial de nuestro propio Sol, son
también canalizadas por el poderoso Disco de
los Maestros. En los mundos evolucionados se
aprovecha al máximo el poder de las estrellas.
El Disco Solar se constituiría en el santo
emblema de la Hermandad Blanca, representado
gráficamente con la figura de tres círculos
concéntricos: los tres planos, los tres
universos, la trinidad sagrada y la Ley del
triángulo.
No obstante, la Jerarquía venida del espacio
sabía que no podría prolongarse
indefinidamente en sus cuerpos físicos. Fue
entonces que los 32 Mentores de la Luz vieron
en los Estekna-Manés, que habían sobrevivido a
la destrucción de la Atlántida, el reemplazo
perfecto.
En manos sagradas
Los Estekna-Maneses toman la posta
En la Atlantida, un Estekna-Manés o Guardián
de Registros era un ser que requería poseer
físicamente los códigos genéticos de una raza
del espacio y otra de la Tierra; es decir un
Mestizo o Estekna. Además el guardián debía
haber superado las más duras pruebas que lo
ratificaban como un Mentor o Manés. El
desarrollo de facultades psíquicas y el camino
espiritual (es decir, la evolución en los tres
planos, físico, mental y espiritual) fue el
derrotero de aquellos atlantes que se
mantuvieron firmes por las sendas de la Luz.
Luego de ello, los Altos Maestros de la
naturaleza entregaban al nuevo Guardián un
poder, para que éste defienda los archivos de
su pueblo que estarían en su custodia.
A su vez los Estekna-Maneses que lograron
escapar de la catástrofe, se refugiaron en los
recintos subterráneos que habían previsto;
allí permanecerían custodiando los anales que
rescataron de la Atlántida, así como algunas
de las máquinas de su extinta civilización...
Entre las afirmaciones que Alcir brindó, se
encontraba la historia de los "Tres Héroes",
altos líderes de la Atlántida y que en todo
momento velaron por la seguridad de los
registros. Fueron ellos los que sugirieron
emigrar a moradas subterráneas que serían
construidas en todas partes del mundo; los
Tres Héroes fueron también los que recibieron
de los 32 Mentores de la Luz el sagrado Disco
Solar y los archivos.
Así, los Mentores, luego de confiarles la
magna obra, le entregaron el Disco Solar, que
sería colocado en un templo subterráneo cerca
al actual lago Titicaca. Este lugar era
llamado "Ciudad Eterna", la antigua Wiñaymarca
del gran Huyustus, el primer Gran Maestre de
los sacerdotes salvados de las aguas.
Ciudad Eterna
El Disco en su esplendor
Ciudad Eterna se mantuvo activa por miles de
años; su maravillosa arquitectura se erguía
desde las galerías intraterrenas hasta
sobrepasar la helada superficie andina,
mostrando sus colosales paredes y sus finos
grabados en la roca. Este centro espiritual,
la legendaria Wiñaymarca, que otrora fue
resplandeciente en las cercanías del lago
sagrado, cobijó una estirpe de sabios,
herederos de un conocimieto antiguo y de una
noble responsabilidad; así era Ciudad Eterna,
cuyo único testimonio se ampara en las
leyendas y en las ciclópeas ruinas de
Tiahuanaco.
No obstante, su conformación pacífica e
inofensiva la transformaría en un blanco
sencillo para los aguerridos pueblos que
habían surgido. Ante la amenaza, los Maestros
pusieron a salvo el Disco Solar, y sellaron la
entrada del templo subterráneo que lo
albergaba. Los invasores nunca encontrarían el
recinto secreto, aunque dieron muerte a varios
sacerdotes de la ciudad.
Uno de los descendientes directo de Huyustus
se dirigió hacia una isla del gran lago
sagrado, él sabía en qué lugar - la actual
isla del Sol en Bolivia - se encontraba un
antiguo túnel que le ayudaría a escapar del
peligro. Este hombre, hábil e inteligente,
sería conocido más tarde como Manco Cápac o
Ayar Manco.
Manco Cápac comprobó que muchos hombres se
hallaban en estado de barbarie, y lejos de
sentir rechazo hacia ellos, se apiadó del
ritmo tan violento que llevaban. Fue así, que
guiado por una fuerza superior, decidió ayudar
a aquellos pueblos, para que estos conocieran
la Luz de la civilización. La Confederación
Galáctica aprobaba sus intenciones y le otorgó
el apoyo necesario para iniciar lo que se
denominaría Proyecto-Inca. Cabe mencionar que
Manco Cápac no estaba solo. Ayudado por su
hermana de sangre, quien es mencionada en las
leyendas andinas como Mama Ocllo, iniciaron el
proyecto.
El Gran Imperio de Manco Cápac
El Retorno del Disco Solar
El lugar para sembrar las bases de una nueva
civilización se llevaría a cabo en el Qosqo (Cusco),
lugar magnético que reunía las condiciones
para servir de escenario a una elevada
cultura. Los primeros tiempos de lo que
podríamos llamar la "segunda dinastía Inca", -
la primera corresponde a Tiahuanaco -
transcurrieron con suma felicidad, paz y
abundancia.
No pasaría tiempo para que Manco Cápac
revelara la existencia del Disco Solar; así,
antes de su muerte, le confió a Sinchi Roca,
su sucesor, la entrada secreta al recinto
subterráneo que se hallaba a orillas del lago
Titicaca, conocido antiguamente como Mamacota
o Puquinacoha (lugar de origen). El Disco fue
hallado y de inmediato fue trasladado al
Koricancha de Cusco, el templo de oro dedicado
al astro solar.
Lamentablemente la sangre guerrera de los
incas empezaría a surgir. Guiados por Sinchi
Roca - curiosamente Sinchi significa guerrero
en quechua- llevaron a cabo un plan que
procuraba expandir el imperio más allá de los
límites conocidos. En esta ocación la Gran
Hermandad Blanca no se hallaba al margen de
los acontecimientos.
Desde el centro principal de la Jerarquía,
construido bajo tierra en las selvas de Madre
de Dios (actual Perú) - luego de la
destrucción de la Atlántida -, llegaron tres
emisarios al Imperio, advirtiendo el desenlace
fatal que se aproximaba. Los Maestros Incas
sabían que los enviados del reino
intraterrestre se hallaban en lo cierto, ya
que diversas señales que habían venido
observando apuntaban al final del Imperio
Inca. Entonces, luego que se marcharon los
emisarios, los ancianos quipumayoc del imperio
escondieron todos los archivos que pudieron
reunir de la cultura andina; de igual forma
llevaron el Disco Solar hacia un lugar seguro.
Un disco fabricado en oro puro, idéntico al
original, sería puesto en reemplazo en la
pared del Koricancha - esto para no despertar
sospechas. Es interesante saber que el galeón
español que se llevó la réplica del Disco
Solar nunca llegó a su destino.
En 1533, con la peregrinación de Choque Auqui
hacia la selva, el verdadero Disco Solar y los
archivos serían puestos finalmente a salvo (la
huida del legendario Choque Auqui - presunto
hermano de Huáscar y Atahualpa-, junto con un
amplio grupo de Maestros y demás personajes
del Imperio hacia la jungla, obedecía a
motivos muy profundos). Se dirigieron
precisamente allí, al Antisuyo mítico, porque
los incas sabían muy bien de la existencia de
una ciudad de "dioses" muy antigua, y sólo
comparable en esplendor con el Qosqo; es por
ello que del quechua Paykikin Qosqo (parecido
a Cusco) vendría la palabra Paititi.
El resguardo de Paititi
Esperando por la hora del Anrrom
Según el Maestro Alcir en su diálogo con
Ricardo González, el Disco Solar se encuentra
actualmente en Paititi.
- Los Mentores de la Luz engendraron el
Sagrado Disco Solar, y este fue dado a los
sobrevivientes de la Atlántida...
- ¿El Disco Solar? - preguntó Ricardo, ávido
de conocer la respuesta.
- Sí, está aquí en Paititi.
La pantalla cambió y mostró una amplia
habitación subterránea en donde se veía un
impresionante disco métalico, de unos tres
metros de diámetro y cubierto de una serie de
símbolos entre los que resaltaba el tridente.
Parecía hecho de oro y brillaba por si solo.
- El Disco Solar abre las puertas entre las
dimensiones, pero sólo aquel que abra las
puertas de su corazón merecerá estar
físicamente ante él en representación de
aquellos que no llegaron - dijo tajante y muy
solemne, Alcir.
Los achivos históricos de Mu y Atlántida, que
datan desde tiempos inmemoriables, se hallan
reunidos en las galerías subterráneas de
Paititi. Así mismo, los archivos perdidos del
Imperio Inca y otras culturas que aun nos son
desconocidas, se hallan también en el mundo
interior. Además las planchas metálicas y los
cristales de información que contienen pasajes
extraídos del Registro Akáshico se hallan al
lado de los archivos antes mencionados. Los 32
Mentores de la Luz dieron estas planchas de
secreta simbología y los poderosos cristales a
los sobrevivientes atlantes, junto con el
sagrado Disco Solar, que es la llave entre las
dimensiones y que, por consecuencia, podría
"leer" el Archivo Akáshico, el cual es llamado
por los Guías y Maestros, "El Libro de los de
las Vestiduras Blancas".
Para mayor información sobre el libro, "Los
Maestros
del
Paititi",de Ricardo González, por favor
regrese a la primera página y haga click en
Rahma Perú.
PAITITI
La llacta santa de Quañachoai - como denominan
los hombres Q'eros a Paititi - sólo abrirá sus
puertas cuando los requerimientos del Plan
Cósmico así lo dispongan; nadie podría
profanar el centro espiritual de los Paco-Pacuris
o "Guardianes Primeros", ellos saben muy bien
que el antiguo conocimiento depositado en las
manos equivocadas atraería una nueva y
descomunal destrucción, como las que hundieron
a la Atlántida y a Mu.
Hombres Q'eros de Perú
Paititi es considerado en la actualidad por
diversos investigadores como el enigma
arqueológico de Sudamérica; sin embargo, no ha
sido hallado y aún para muchos, la misteriosa
ciudad perdida, sigue siendo tan sólo una
leyenda difícil de probar.
No obstante, se sigue afirmando que en las
selvas de Madre de Dios, en la zona sur
oriental de Perú, existe una ciudad de piedra,
con estatuas de oro erigidas en amplios
jardines. Pero lo interesante de Paititi es
que las leyendas señalan que, hasta hoy en
día, la ciudad oculta estaría en plena
actividad, y por si esto fuera poco, sería el
lugar donde mora el último inca, esperando el
momento de retornar al "mundo de afuera" para
restituir el orden que se quebró en el pasado.
Las evidencias de la historia
Una leyenda con rastros marcados
Paititi fue - y lo sigue siendo - el objetivo
de numerosas expediciones científicas y
particulares. Estas últimas van a buscar el
oro del Imperio Inca que habría sido escondido
ante la llegada de los españoles; sin embargo,
hoy por hoy sabemos que el verdadero tesoro
oculto en Paititi, no es otra cosa que la
verdadera historia de la humanidad.
La leyenda de Paititi ha perdurado en la mente
de muchos hombres. Ya en el siglo XVII corría
como reguero de pólvora la noticia de una
ciudad fantástica, misteriosa , y que
albergaba grandes tesoros que pertenecieron
supuestamente a los incas.
Lo que más ha contribuido al conocimiento de
la presunta existencia de Paititi son los
pretroglifos de Pusharo. Estos extraños
grabados habrían sido descubiertos en 1921 por
el misionero dominico Vicente de Cenitagoya,
hallándolos en una gigantesca roca que se
acomoda a orillas del río Sinkibenia,
considerado sagrado por los indios
machiguengas. Más tarde, los petroglifos
fueron observados por numerosos exploradores.
Ya en 1970, el sacerdote y antropólogo
Torrealba, fotagrafió y estudió los grabados.
Muchos investigadores coinciden que los
petroglifos no fueron hechos por los incas,
entonces, ¿quién los hizo?
Pusharo no es la única evidencia de una obra
humana en las enmarañadas selvas de Madre de
Dios; también se han encontrado numerosas
ruinas y hasta caminos parcialmente
pavimentados. Las pirámides de Paratoari son
una prueba fehaciente de estas obras. En
diciembre de 1975, el satélite norteamericano
Landsat 2, que formaba parte de un ambicioso
proyecto de la NASA, logró unas extrañas
fotografías en la misteriosa cadena del
Pantiacolla. El enigma se inició cuando el
satélite fotografió en esta zona unos "10
puntos" - debido a la altura -, agrupados en
pares (2 filas de 5) que sugerían según
posteriores análisis, pirámides de cima trunca
de proporciones enormes.
Por si todo esto fuera poco, en la insólita
meseta se han reportado numerosas expediciones
desaparecidas, perturbaciones
electromagnéticas en los instrumentos,
"apariciones" de inusitadas luces, ruidos
extraordinarios que parecen surgir del suelo,
y para añadirles el ingrediente final, los
relatos de los machiguengas, quienes afirman -
con total naturalidad - que al otro lado - con
esto se refieren al Pongo de Mainiqui - existe
una civilización muy antigua que lo "sabe
todo".
Paititi irradia su propia energía, cual foco
de iluminación que aclara el camino y
despierta las mentes dormidas; es así como
esta radiación produce desórdenes
electromagnéticos a los helicópteros que han
querido acercarse a la zona.
Los solemnes roles de los Maestros
Ciencia y espíritu en equilibrio
Los Estekna-Maneses lograron reunir algunos de
los ingeniosos artefactos que pudieron
sobrevivir de la destrucción de la Atlántida.
Según Alcir, Maestro del Paititi, esas
máquinas pueden lograr cosas que hoy en día
llamaríamos "milagros". Esta tecnología, bien
empleada sería de gran beneficio para la
medicina, ya que algunos artefactos eliminan
selectivamente las células que están en
proceso de degeneración. Asímismo, cuentan con
adelantados sistemas de eliminación de
toxinas, ya sean éstas por ingesta de
alimentos o por radiaciones nocivas.
Por otro lado, una determinada serie de estos
elaboradísimos artefactos permiten aprovechar
la energía telúrica, almacenándola y
convirtiéndola en una fuente de poder. También
existen otras máquinas diseñadas para la
canalización de energías provenientes del
espacio. Estas máquinas que además se utilizan
para irradiar la energía se asemejan a unos
gigantescos "espejos".
Ahora bien, los recintos subterráneos de la
Gran Hermandad Blanca no sólo guardan los
avanzados artefactos, sino que custodian cosas
más grandes y poderosas; es así que la eterna
sabiduría se constituye en el tesoro más
preciado por los Maestros.
Los achivos históricos de Mu y Atlántida, que
datan desde tiempos inmemoriables, se hallan
reunidos en las galerías subterráneas de
Paititi. Así mismo, los archivos perdidos del
Imperio Inca y otras culturas que aun nos son
desconocidas, se hallan también en el mundo
interior. Además las planchas metálicas y los
cristales de información que contienen pasajes
extraídos del Registro Akáshico se hallan al
lado de los archivos antes mencionados. Los 32
Mentores de la Luz dieron estas planchas de
secreta simbología y los poderosos cristales a
los sobrevivientes atlantes, junto con el
sagrado Disco Solar, que es la llave entre las
dimensiones y que, por consecuencia, podría
"leer" el Archivo Akáshico, el cual es llamado
por los Guías y Maestros, "El Libro de los de
las Vestiduras Blancas".
Es interesante saber que a pesar de tener una
tecnología de punta a su alcance, los Maestros
llevan una vida monástica, dedicados a la
oración y al trabajo interno. Ellos se rigen
por un código muy antiguo que denominan
Decadrón, un conjunto de 10 elevadas leyes que
orientan la evolución del mundo intraterreno.
En el monasterio interior existen salas
especialmente diseñadas para la meditación,
donde se lleva a cabo un diálogo con la
esencia divina que mora dentro de la
apariencia física. La meditación es una de las
actividades más sagradas en el Paititi
subterráneo. Empero, no todo es meditación en
el mundo interior. Cada miembro del retiro
tiene una responsabilidad: unos se dedican al
cuidado de las galerías; otros a la
distribución de víveres; un grupo de
sacerdotes vela por los archivos y las
máquinas; unos mas, hallan su función en los
sistemas de transmisión, entre otras tareas.
La apariencia física
Destellos de los dioses
Sobre la apariencia física de los seres que
habitan en la ciudad subterránea de Paititi,
no debemos alarmarnos. Su aspecto es humano,
aunque en algunos se puede apreciar una
fisonomía algo diferente; esto, porque muchos
son mestizos entre razas del espacio y de
nuestro mundo. Esto originó el gigantismo, que
aún consevan un grupo de seres intraterrenos,
mas no todos. El aspecto de muchos es tan
humano que fácilmente podrían mezclarse con la
población de nuestro planeta.
Según la medida de tiempo que nosotros
empleamos - ellos se rigen por otro "sistema"
- el promedio de vida de esta civilización
subterránea oscila entre los 900 y 1100 años.
Aunque su apariencia pueda revelar lo
contrario, estos Maestros logran perpetuarse
varias centurias.
La vestimenta de los Maestros consta por lo
general de largas y bellísimas túnicas. Estas
pueden ser blancas, azules o doradas, según la
función que cumple el ser que la lleva
consigo.
Los vecinos del espacio
La Base Azul de los extraterrestres
Sin embargo, la ciudad secreta de Paititi no
solo alberga las sorpresas ya mencionadas; muy
cerca de ella existen instalaciones de una
civilización llamada Base Azul, centro de
operaciones de los Guías extraterrestres. La
responsabilidad de dicha base recae
principalmente en los Guías de Venus, quienes
desde hace miles de años vienen trabajando
estrechamente con los Maestros de los Retiros
Interiores.
La misión de la Base Azul es variada; sabemos
que allí se encuentran muchas personas que han
sido rescatadas de diversos puntos de la
Tierra. No es descabellado pensar que algunas
de las famosas expediciones perdidas hayan
podido ser evacuadas a esta base. Sabemos
bien, que de aquellas instalaciones parten
naves espaciales hacia Venus y Ganímedes,
llevando consigo muchas personas que fueron
rescatadas; esto con el propio consentimiento
de la persona, que viaja a aquellos mundos
para ser preparada para un posterior retorno.
La Base Azul se dedica también a realizar
estudios de la reserva de Manú, procurando con
ello conseguir los nuevos beneficios naturales
que se pondrán en mano del hombre del futuro.
Según nos han informado los Guías de Venus, la
Base Azul posee la cura para las distintas
enfermedades que actualmente aquejan a la
humanidad.
Epílogo
El verdadero tesoro de Paititi
No obstante, el mensaje que hemos traído de
expediciones a Paititi, así como las
experiencias de contacto que afirmamos
mantener, nos habla de modificar el futuro y
de neutralizar todo aquello que pudiese ser
negativo para nuestra humanidad. La presencia
de los Maestros de Paititi, aquella Hermandad
Blanca del universo subterráneo, nos recuerda
que no estamos solos en el Universo, que
tampoco estamos solos en la Tierra. Cuando
iniciemos el verdadero contacto, que es con
nadie más que con nosotros mismos, finalmente
consolidaremos el nexo con el mundo interior
de Paititi y con los otros Retiros Interiores
del planeta.
CONTINUE